El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha aprovechado su discurso de clausura de la convención del Partido Popular en Barcelona para incidir, una vez más, en la necesidad de respetar la legislación en vigor y , por encima de todas las leyes, la Constitución. Por eso, ha insistido en que «mientras yo sea presidente, ni se celebrará el referéndum ni se fragmentará España».
En el acto que han celebrado los populares en el Palau de Congressos de Catalunya, el PP ha centrado sus esfuerzos en contrarrestar la visión de la Generalitat sobre la consulta. Una cuestión catalana en la que también se ha centrado Rajoy a lo largo de la totalidad de su discurso.
Escrito de antemano, y leído al milímetro, el mensaje del presidente ha incidido en la legalidad de cualquier consulta. Un marco que, según ha repetido en varias ocasiones, implica que «tienen derecho a opinar todos los afectados, todos los españoles».
Mariano Rajoy ha pedido «respeto y coherencia» ante los acuerdos en vigor, reivindicando -en respuesta diferida a las demandas de la Generalitat- la norma constitucional, sus derechos y límites: «No bastan las urnas para que el votar sea democrático»; «votar es un derecho, pero no de cualquier manera».
En este sentido el presidente ha querido dejar clara su postura política: «La autonomía no supone transferencia de soberanía, sino la responsabilidad de gobernarla».
Rajoy se ha opuesto a toda «tentación de fractura» a partir de un «derecho de autodeterminación» que la ley no permite. «Es competencia exclusiva del Gobierno», ha afirmado Rajoy ante un aforo que ha aplaudido cada una de sus intervenciones. Y, por eso, según ha expresado rotundamente, serio, toda opción alternativa al respeto de la Carta Magna «violaría la ley». «La arbitrariedad no tiene sitio», ha zanjado.
La financiación
Desmontar los supuestos agravios de España hacia Catalunya, ese ha sido también el objetivo de la reunión de los principales cargos del Partido Popular en Barcelona. Y tras las intervenciones del viernes del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y de otros ministros como Jorge Fernández Díaz, Rajoy, precedido por la intervención de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha querido reivindicar que «la Constitución es sinónimo de prosperidad».
«Vengo a decir lo que nadie dice en este debate: Los españoles queremos a Catalunya», expresaba desde los primeros compases de su intervención.
El presidente ha reivindicado los beneficios para Catalunya del actual marco constitucional, y lo ha resumido en Estatuto, autonomía, Generalitat y unas competencias «más extensas» que muchos Estados federales. Un encaje que ha reivindicado junto a la solidaridad de aquellos que más tienen y en proporción a su riqueza.
«El fondo de liquidez autonómica o el plan de pago a proveedores son un ejemplo de esta solidaridad de ida y vuelta. La solidaridad es un principio constitucional y es toda España quien la practica», ha descrito. Pero también ha ido más allá: «Hay quien dice que hay que cortar el grifo a Catalunya y a otras muchas autonomías. No los voy a escuchar. Me siento tan responsable de ellas como de todas las demás». Y es que «lo que menos necesita la economía de los catalanes y españoles es la inestabilidad», ha asegurado Rajoy.
El líder del PP ha concluido su intervención, largamente celebrada por los asistentes al acto, reclamando una vez más su disposición «permanente» al diálogo, pero a partir de la convivencia y el respeto a la ley. Una posición que atisba necesaria para «cuando toda esta fiebre se enfríe».
En su adiós de la capital catalana, sin embargo, ha lanzado una nueva querencia a la Generalitat y a los partidarios de la consulta: «Que expliquen con sinceridad las consecuencias de estos proyectos». «Los catalanes tienen derecho a saber».