«En un principio los lideres surgen espontáneamente, sus funciones son accesorias y gratuitas. Pronto, sin embargo, se hacen lideres profesionales y en esta segunda etapa del desarrollo son estables e inamovibles” Robert Michels.
Por definición Oligarquía significa literalmente «gobierno de unos pocos». La oligarquía es “un sistema político o una forma de gobierno en el que el poder se concentra en un pequeño grupo que pertenece a la misma familia, al mismo partido político o al mismo grupo económico”.
En la última Asamblea celebrada en Ciudadanos la corriente oficial afín a la Ejecutiva de Albert Rivera se impuso en unas primarias que contó con muy baja participación. El resultado no solo significó la reelección de Rivera, también ha supuesto la modificación de los estatutos del partido y la renuncia a la socialdemocracia, pasando a ser “liberales” que es una forma sutil de no querer decir que ahora son un partido de derechas.
Y ante la exigencia de miles de afiliados de democracia interna, libertad de expresión, y transparencia en las primarias, se volverá a pasar el rodillo a los críticos censurándolos, expulsándolos, o invitándoles a que se vayan porque «no se puede perjudicar al partido”
C´s seguirá siendo Albert Rivera y Albert Rivera seguirá siendo C´s, y seguirá gobernando el partido con sus elegidos, a su imagen y semejanza.
Es la “Ley de hierro de la oligarquía” de Robert Michels, donde “lo que es una oligarquía aplasta a lo que debe ser una democracia”. Y, en consecuencia, “la organización es lo que da origen a la dominación de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegadores”. Se sacrifica la democracia interna en favor de la élite del partido legitimando su dominio.
Se trata, pues, de una “democracia” controlada, controlada por un grupo de personas que salvaguardan permanentemente sus propios intereses para mantenerse en el poder.
El exceso de afán de protagonismo “Riveriano” y el afán por acaparar poder del líder y de su élite de elegidos, acabará por fagocitar políticamente al propio proyecto político.
Asumir la ley de hierro significa renunciar a la transparencia de actuaciones dentro del sistema, y a las aspiraciones democráticas de cambio y de regeneración política para terminar doblegándose ante la supremacía política. Y como militante, afiliado, o simpatizante de un partido, su aceptación al mismo tiempo constituye una amenaza a la propia libertad individual.
Son muchos ya los cargos electos de C´s y afiliados en general que están abandonando el partido, los suficientes como para organizarse, unirse e intentar reconstruir aquello por lo que se afiliaron, trabajaron y creyeron. Huérfanos políticos que intentan apoyarse mutuamente, reencontrarse en sus ideas, y que desean cumplir con su deber ante los ciudadanos.
Queda el anhelo y la esperanza de que aquellos que se alzaron como críticos y que han acabado siendo expulsados o abandonando C´s, o lo abandonaran en el futuro próximo, si en lo venidero deciden constituirse como partido político, tal y como ya se publica en algunos medios de comunicación, no reproduzcan los fallos de su formación de origen, rechacen los vicios políticos, y la ley de hierro.
Veremos.
Laura Benito.