En estos tiempos de recortes, ya estamos viendo como determinades líneas de autobuses de Barcelona son suprimidas o su frecuencia de paso modificada. El alcalde Sr. Trias ha comentado que está abierto a propuestas que puedan racionalizar el servicio. Yo tengo una. Déjenme ponerles en antecedentes.
Vivo en Barcelona, en el barrio de Gràcia, y trabajo en Esplugues de Llobregat, una localidad muy cercana a Barcelona pero de acceso limitado en las zonas donde no llega el metro. Yo utilizo el transporte público para llegar a mi lugar de trabajo. Ello me supone subir al metro de la L3, hacer transbordo a la L5 y después salir al exterior y hacer el transbordo para subir al TramBaix, más los recorridos a pie hasta o desde mi domicilio y mi lugar de trabajo. Ello me supone alrededor de 75 minutos por cada trayecto.
Multiplíquenlo por 2 y verán que hablamos de unos 150 minutos, dos horas y media, diarias para ir desde Gràcia hasta Esplugues de Llob.
Es el trayecto más rápido. Otro posible trayecto es subir al autobús de la línea 22 y transbordar al de la 63, pero es arriesgado ya que la frecuencia de paso de este último es de unos 20 minutos y la circulación bastante imprevisible. Existen otro pero siempre suponen, como mínimo un transbordo.
Mi propuesta es la siguiente: la línea de autobús 22 sube desde a Plaza Catalunya, Gran de Gràcia, República Argentina hasta llegar a la Avinguda d’Esplugues, muy cerca del Hospital de San Joan de Déu. Si esta línea pudiera ser alargada hasta la parada de Pont d’Esplugues del Trambaix, ya en Esplugues de Llobregat, permitiría a muchos usuarios ahorrar tiempo y enlazar una y otra localidad, ahora que una de las líneas de autobuses que las unía ha sido suprimida, más concretamente la 158. Pueden suponer que no soy la única usuaria de trasporte público en la misma situación.
Después de las subidas del transporte púbico de este año y teniendo en cuenta que los que somos sus usuarios contribuimos a la sosteniblidad del medio ambiente y el ahorro de energía, creo que es justo y equitativo compensarnos por el coste de tiempo que nos supone. En cuanto al coste puramente económico de la medida creo es muy inferior al beneficio social que reportaría.
De: Esperanza García Moreno
Font: La Vanguardia