Miles de personas, unas 450.000 según han explicado los sindicatos y 17.000 según la Guardia Urbana, se han manifestado este domingo al mediodía por el centro de Barcelona en contra de la reforma laboral aprobada por el Gobierno bajo el lema Ni reforma laboral, ni recortes, protesta que precede a la huelga general convocada por los sindicatos para el próximo día 29 de marzo. La manifestación se ha celebrado al mismo tiempo en una sesentena de ciudades de toda España.
Huelga general
En declaraciones a la prensa antes de iniciar la marcha, Gallego ha dicho que, si tras la manifestación de este domingo, el Gobierno no modifica la reforma laboral, tendrá que hacerlo después de la huelga general, como lo han hecho otros gobiernos.
Gallego ha criticado que el Gobierno central solo «provoca e intenta descalificar a los sindicatos» con quienes se niega a negociar, lamenta. También ha indicado que «si hay modificaciones sustanciales a través de la negociación», la huelga general del 29 de marzo se puede desconvocar.
Gallego ha asegurado que «hay margen de negociación», aunque cree que el Gobierno no le muestra inteligencia con su postura.
Las proclamas a la huelga general han sido insistentes durante el recorrido de la protesta, en la que ha participado toda la oposición del Govern. Tampoco han participado miembros del PPC. Ha reinado el ambiente festivo y reivindicativo, con gritos de «resistiré las reformas del PP», «lo llaman crisis, pero es capitalismo» y «huelga general, huelga general».
«Bodrio jurídico»
Josep Maria Álvarez ha señalado que espera que la huelga general marcará un antes y un después de una reforma laboral que «es un bodrio jurídico».
El líder de UGT en Catalunya ha afirmado que la reforma laboral ya está teniendo «efectos desoladores» porque se han multiplicado los expedientes de regulación de empleo y las bajadas de salarios.[TONI FUENTES / AGENCIAS / Barcelona].
Insisto en que si hacemos una huelga de consumo, dejar de usar los servicios municipales, no aparcar en zonas azules ni areas verdes, reducir al mínimo gas, electricidad, agua, telefonía, carburantes (cargados de impuestos)… No contratar servicios de televisión de pago, no comprar su prensa ni ver sus televisiones públicas, retirar los pocos dineros que tengamos en las cuentas de cajas y bancos y guardarlos en pequeñas cajas fuertes en el domicilio, comenzarían a reflexionar, ya que se quedarían sin supersueldos de banqueros, políticos y expolíticos representantes en cajas de ahorro y empresas y organismos públicos.
Tan sólo cuando vean que no les queremos pagar sus supernóminas entenderán que no pueden jugar con nosotros.