Fuentes de la organización del acto benéfico confirman la preséncia del poeta Granadino el Sr. Francisco Serrano quien obsequiará a los presentes con la lectura de dos poemas ambientados en la temática del hambre. Nos adenalnta una de las poesías.
«POBREZA»
Aún hay niños que confuden
al hambre con motos de juguete
que recorren cada mañana
el breve circuito de sus tripas.
Y aun sonrién
creyendo que el hambre
es un juego,
o que ellos mismos son muñecos de patata rallada
en manos de la pobreza.
Son niños que demasiado pronto
han de ser culpables de haber nacido
en un mundo donde demasiado pronto
olvidamos que fuimos niños.
Y demasiado pronto desoímos
la inteligencia del corazón para acercarnos
al perdedor, para ayudarlo, no condenándolo
encogiéndonos de hombros…
Perdamos el miedo de hacernos feliz,
de hacer realidad la décima parte de un sueño
de un niño, de todos los niños (que somos todos)
cuando nos sentimos solos, y no perdemos la ilusión
de seguir creyendo en el amor…
Hay hombres a quienes se les hizo de noche en el corazón,
y ven demasiado lejana la pobreza y la miseria.
Hombres que piensan que nada pueden hacer
por construir un mundo menos cruel…
Es poco lo necesarío para conseguir
que un niño sonría construyendo con sus manos
muñecos de nieve tan solo con imaginarlo.
Es poco lo necesario para rescatar a los juguetes
del rincón de los escaparates donde miran
a los niños que nunca dejan de mirarlos.
Es tiempo de hacer felices a los juguetes,
reuniéndolos con su familia de niños.
Es tiempo de aportar cada uno de nosotros
juguetes de palabras que digan: Tengo un regalo para ti, te voy a ayudar, puedes contar conmigo…
Es tiempo de aprender de la inteligencia del corazón,
de abrir los paréntesis del confort del sofá
y salir a la calle, sacando las manos de los bolsillos,
pensando y actuando que podemos sumar nuestra pequeña gota de ayuda
para formar un mar de solidaridad, de riqueza… compartida.
Que no quede en el mundo un solo niño
que no haya rescatado del paro a los juguetes.
Juguemos a ayudarnos, juguemos a ser un poco mejor.
Es el momento de ser niños,
de ser niños no muertos por los monstruos de la avaricia,
de ser niños no muertos por los monstruos del egoísmo…
De ser niños que son niños por no haber perdido la ilusión
y la sonrisa, aunque cada mañana confundan al hambre
con motos pequeñas que recorren el breve circuito de las tripas.