27 DE JULIO DE 2011: BON JOVI HACE VIBRAR A SUS FANS EN BARCELONA

Redacción: Carolina Casals
Foto: Nela Fernández 

Impresionante, espectacular, el mejor concierto de mi vida…son algunos de los comentarios que he podido oír de los asistentes el pasado 27 de Julio al concierto de la banda estadounidense Bon Jovi en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Barcelona dentro de su gira mundial Open Air. Yo estuve allí y estoy de acuerdo con todos ellos. He ido a muchos conciertos de Bon Jovi cómo buena fan que soy y puedo deciros que éste ha superado a todos los demás. El año pasado viví un momento único en el Rock in Río de Madrid, dónde Bon Jovi rompió de nuevo con mis expectativas anteriores y éste pasado miércoles, lo han vuelto a hacer ¡Otra vez!                                           

En un principio, la mayor preocupación de todos los bonjoveros y bonjoveras que iban a asistir a éste concierto era si una parte imprescindible de la banda, el guitarrista Richie Sambora, iba a poder tocar. Sambora estuvo ingresado en una clínica de desintoxicación por su adicción al alcohol y se perdió parte de los conciertos de la gira Open Air. Por suerte para todos, se ha recuperado totalmente y el pasado miércoles lo tuvimos con nosotros. Nos concedió sus increíbles solos de guitarra, sus geniales coros y su inconfundible talk box. En definitiva, cosas que sólo él puede hacer para que Bon Jovi suene con toda su esencia.

 El escenario constaba de una cubierta enorme en forma semicircular en el fondo de la cual había una pantalla de400 metrosde diámetro y 75000 píxeles. También había pantallas a ambos lados. La parte exterior de la carpa estaba decorada con varios dibujos, entre ellos un corazón con alas de ángel y una espada atravesada. Muy rockero y deliciosamente romántico.

En la parte delantera del escenario se encontraba una pasarela en forma de circulo por dónde, en determinados momentos del concierto, los componentes de la banda se desplazaban para tocar temas acústicos cómo Diamond Ring o Santa Fe. Los fans que adquirieron las entradas más caras – las primeras en agotarse – se encontraban dentro de ese círculo y pudieron tener a sus ídolos a escasos metros ¡Qué envidia insana!

El montaje era descomunal. Según las versiones digitales deLa Vanguardiay RTVE, se necesitaron 100 personas trabajando varios días para prepararlo todo, se usaron 300 luces y 150 toneladas de material. Para poner la guinda al pastel, éramos aproximadamente 41.000 personas vibrando con…¡800.000 vatios de potencia!

El concierto estaba previsto para las 21:45 y empezó unos minutos más tarde. La intro fue espectacular. Se oía el sonido de descargas eléctricas, mientras el escenario y las pantallas se iban iluminando al ritmo de las mismas. Poco a poco empezaron a sonar acordes de guitarra y batería junto con la aparición de imágenes en las pantallas hasta que irrumpió la banda en el escenario y el éxtasis del público se desató.

Los que estuvimos allí ya presagiábamos que algo grande iba a pasar pero creo que nadie se esperaba que empezaran el concierto con una gran canción desconocida para los que no son muy fans: Raise Your Hands. De hecho, pocas canciones hubieron de la discografía más reciente. Éste concierto fue un revival, un repertorio increíble de temas, muchos de los cuales nadie esperaba oír en directo. Hubo de todo, desde míticas canciones cómo Born to be My Baby, I’ll Be There For You o Wanted Dead or Alive, pasando por temas del disco Keep the Faith –las sorpresas de éste álbum fueron I Believe y I’ll Sleep When I’m Dead – hasta algunos temas de These Days o Crossroads cómo Diamond Ring o Someday I’ll Be Saturday Night. Por supuesto también nos deleitaron con We weren’t Born to Follow, Captain Crash and the Beauty Queen of Mars o la increíble We Got It Going On, temas de su discografía más actual.

Por si eso no fuera suficiente con eso, y para grata sorpresa de muchos, tocaron una versión muy auténtica de la canción Vertigo de U2 (ojalá la editaran), la canción Not Fade Away del malogrado Buddy Holly y un acústico precioso de la canción Santa Fe del álbum de Jon Bon Jovi en solitario Blaze of Glory. Hacía tiempo que no se me ponía la piel de gallina con una canción y nunca hubiera esperado oírla en directo. En ese momento sentí, cómo seguramente muchos, que allí sólo estábamos Bon Jovi y yo.

Todo el espectáculo estuvo plagado de guiños hacia el público. Cuando sonó Someday I’ll Be Saturday Night, estuvimos coreando durante varios minutos “I’m alive” con Jon –que además cantó el estribillo de Bed of Roses en español. Por su lado, Richie nos sedujo cantando una estrofa de Wanted Dead or Alive con el mismo sombrero que llevó en el videoclip y su famosa guitarra de dos mástiles, e incluso David Bryan (teclista) tuvo su momento de gloria cantando una parte de In These Arms.

Cabe destacar también el gran trabajo del batería Tico Torres y el bajista Hugh McDonald, que demostraron una gran complicidad con Jon y Richie, haciendo varios coros y solos juntos. Creo que la marcha en 1995 del bajista original Alec John Such no ha afectado para nada al grupo. De hecho, el mismo Jon Bon Jovi no dejó de mostrarnos a su bajista una y otra vez, cediéndole varios momentos de protagonismo a lo largo de la actuación.

El concierto duró unas tres horas. Al final hubo tres bises, el primero se cerró con Something to Believe In – otra inesperada-, el segundo con Always, la balada por excelencia, y el tercero con I Love This Town, otra joya del álbum recopilatorio Lost Highway. Al acabar el primer bis, mi amiga Montse me dijo “No se van, todavía les falta Livin’ on a Prayer. No se irán sin tocarla”. ¡Y tenía razón! Era casi la una de la madrugada y Bon Jovi parecía incombustible. Desde la primera media hora ya sentía que había amortizado el precio de mi entrada.

¿Qué más puedo decir? Los que estuvimos allí disfrutamos a lo grande y por todo lo alto: gritamos, saltamos, levantamos nuestros brazos, aplaudimos, nos emocionamos. La conexión entre los artistas y su público fue perfecta, allí hubo un feeling que no puedo describir con palabras.

Bon Jovi es un grupo de rock de los de antes. Están entre los mejores de la historia y quién estuviera en éste concierto no dudaría en darme la razón. Han evolucionado, se han re-inventado, pero siguen teniendo su propio estilo lleno de letras con mensajes positivos y melodías que tienen su inconfundible firma: la música rock enérgica que nos ayuda a muchos a tirar “p’alante” con nuestras vidas.

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